Así fue el primer día de Mauro en Boca
Zárate recorrió la Bombonera, exhibió su talento en la práctica y se mostró entusiasmado con la Libertadores, el objetivo de todos en Boca. "Quiero ayudar a ganar la Copa", aseguró.
Casa Amarilla. La caminata que lo lleva a través de la zona de los quinchos y de la pileta. La mirada que se levanta y se enfoca en el templo llamado Bombonera. Recorre el vestuario y el túnel. Sale al campo de juego y no puede dejar de mirar hacia las tribunas. “Quiero ayudar a ganar la Copa”, avisa Mauro Zárate, con su gran objetivo (y el de todos) entre ceja y ceja.
Ya en el complejo, sus compañeros le dan la bienvenida. Carlitos Tevez se muestra contento como de costumbre, le sonríe a las cámaras y charla con su amigo Wanchope Ábila; Darío Benedetto, bien abrigado, hace pases con Pablo Pérez; los juveniles trabajan entre sí, y los arqueros, apartados del grupo. Y por ahí anda Zárate, sin llamar la atención, en su primer entrenamiento en el club, en las cercanías del capitán Fernando Gago y Gino Peruzzi, quienes buscan hacerlo sentir cómodo.
El profe Valdecantos da por finalizada la entrada en calor y Guillermo comienza a repartir pecheras para, como de costumbre, realizar un reducido a lo ancho de la cancha. “Izquierdoz, Chicco, Zárate, Jara, Reynoso y Almendra”, canta en voz alta el DT, y luego sigue con los otros equipos. Al instante da por comenzada la actividad. Suena el silbato y automáticamente Mauro parece perder esa timidez con la que había comenzado la jornada. En la primera pelota que le llega a sus pies, queda de frente a Agustín Rossi, Guillermo le grita “definí vos” y él decide picársela al arquero. Se va por al lado del palo, pero la flamante incorporación xeneize no se lamenta y vuelve a la mitad de la cancha.
En la jugada siguiente, Gago, el mismo que se le acercó en un primer momento, le da una nueva bienvenida. Esta vez con un lujoso caño mientras Zárate intentaba presionarlo en una salida. El ex Vélez no se inhibe, pide la pelota y juega. Como era de esperarse, y a pesar de ser en espacios reducidos, Mauro no se queda plantado arriba, sino que baja a pedir la pelota y busca asistir y conectarse constantemente con sus compañeros. Guillermo está muy encima del juego. Pide dinámica, velocidad y arenga a todo momento. En más de una ocasión, se escucha clarito el “dale Mauro, dale” y ante un pase fallido, dice “no importa, seguí, seguí”.
No bien completa su primer día en el club, Mauro Zeta agarra su teléfono y publica la foto en la que se lo ve sonriente (la que acompaña esta nota) y escribe sus primeras palabras en las redes como jugador de Boca: “Agradecido a todos por el recibimiento y el apoyo. Ahora a trabajar y cumplir los objetivos”.
Suerte Mauro Zárate en un grande como Boca!!!!!!! Abrazos querido!!!
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