Emmanuel Gigliotti: "Entre estar en Boca o en la selección, elijo a Boca"


Deslumbrado por el mundo xeneize, el Puma asume con naturalidad y confianza el desafío de vestir la camiseta que usó Martín Palermo
"Cuando me llamó Bianchi le conté a mi papá y la verdad es que me quería poner a llorar de la emoción." No parece haber ni un ápice de exageración en la frase de Emmanuel Gigliotti. Se siente realmente feliz por lo que le está pasando con 26 años. Se muestra transparente, se permite ser natural, no imposta su imagen de futbolista que viste una camiseta de equipo grande. Se anima a bromear con el fotógrafo y pide Photoshop. "De tan cerca se me van a notar los granos. Me estás matando. Metele un poco de retoque a las fotos, poneme la carita de Beckham", dice y suelta una carcajada. Así de cristalino luce el artillero xeneize, el hombre que tiene la camiseta N° 9 de Boca, el que convenció a Carlos Bianchi de que tiene que ser su referencia de gol, el que apunta a quemar redes en este 2014 cargado de responsabilidades.

Se acomoda en el sillón de una de las oficinas del departamento de las inferiores y habla con la naturalidad propia de un jugador con un recorrido marcado por la perseverancia. Desde la primera C con la camiseta de Lamadrid hasta la Bombonera. De la Paternal, de patear en el patio del colegio Francisco Beiró, de horas completas en Villa Saores jugando con amigos al baby fútbol, a estar en un vestuario con Riquelme y compañía. "Mi hermano [Sebastián] jugaba al futsal en Lamadrid y mi viejo insistía en que me fuera a probar. Le hice caso y me probé de defensor central, me sentía Nico Burdisso o Samuel. Me hicieron quedar, pero en seis meses no jugué ni un partido, entonces encaré al técnico y le dije que no me gustaba la posición y que quería probar de delantero." Así de simple y directo, el Puma, como se lo conoce en el universo de la pelota, cuenta una historia que sólo sabe de esfuerzos y de emoción por haber llegado a su lugar en el mundo.

¿Cómo se encara un semestre con la obligación de ir por el título?

-No es muy diferente al semestre anterior. Nosotros sabemos que tenemos que ir detrás de un objetivo que es pelear por el campeonato hasta la última fecha. Estuvimos cerca en el torneo anterior, aun con pasajes irregulares; ahora sabemos que tenemos que mejorar colectivamente y que es importante para nosotros sumar confianza. Nos sentimos más confiados que en el semestre pasado y las ganas del grupo se sienten. Necesitamos y queremos que la gente tenga una alegría, tenemos un plantel muy bueno línea por línea.

-En lo personal, ¿te pasa por la cabeza que tenés la responsabilidad de cubrir un puesto que antes era de Martín Palermo?

Creía que podía escalar muy de a poco, llegar a un club de primera; pero jamás que iba a estar jugando en el club más grande
-Sin dudas que eso lo tengo claro, pero la verdad es que no lo pienso de esa manera. Sé de las responsabilidades que eso implica, no desconozco que tengo la camiseta del goleador más importante que tuvo el club, pero no me pongo una mochila en ese sentido. Cuando llegué a Colón todos me preguntaban por lo que representaba estar en lugar del Bichi Fuertes y tampoco me resultó fácil, pero las cosas me salieron bien. Cuando fui a San Lorenzo estaba la figura de Romeo, otro emblema. Me parece que son figuras demasiado importantes. Y en el caso de Palermo, más. Son jugadores irreemplazables. Sólo entiendo que tengo que ayudar al equipo y que tengo que hacer más goles.

-No es sencilla la tarea. Incluso, ninguno de los delanteros anteriores pudo quedarse con el puesto. ¿Eso te carga de presión?

-Es que nadie es dueño del puesto. Tengo mucha confianza en lo que puedo hacer. No es que yo llegué acá y Carlos [Bianchi] me dijo: "Esta camiseta es tuya". Yo sabía que tenía que luchar, estaba Nico y era lógico que tenía que ser él quien arrancara de titular. Yo esperé mi oportunidad y traté de aprovecharla. La competencia en el equipo siempre es buena, sirve para que nadie se relaje. En Boca nunca lo podés hacer. Y la verdad es que más allá de estar desde el arranque no me siento intocable, sería una locura pensarlo así.


Gigliotti, feliz de estar en Boca.  Foto: LA NACION  / Fernando Massobrio
-¿Cuánto te sirve la nueva propuesta del técnico?

-El sistema es distinto, es verdad, y me gusta. Me parece que la intención es jugar con dos extremos, no con dos jugadores que sean volantes. Es parecido a lo que propuso Lanús en el último torneo; ellos no tienen un enganche y nosotros, sí. Ahora tenemos que ajustar bien cada movimiento, pero me parece que nos puede servir para lo que pretendemos, que es ser protagonistas en el torneo. Me gusta cómo jugó Boca en los primeros partidos del año, más allá de los resultados.

-Hace siete años estabas jugando en la primera C con Lamadrid. ¿Te imaginabas que te podía pasar todo esto?

-Para nada. Quizá creía que podía escalar muy de a poco, llegar a un club de primera. Pero jamás que iba a estar jugando en el club más grande. Que podía estar cumpliendo el sueño de toda mi familia, que es hincha de Boca.

-Y le dijiste que no a una oferta importante de México para llegar a Boca...

-Es que en todo momento estuve convencido de la decisión que había tomado, de venir a Boca. Es un club que te sorprende día a día, es distinto a todo. No tiene comparación.

-De Palermo se decía que su fuerte era el cabezazo; de Fuertes, que lo mejor era su lectura para terminar las jugadas. ¿Cuál sentís que es tu principal arma dentro del área?

-Creo que mi fuerte es el convencimiento que tengo de que puedo hacer las cosas que me propongo. Eso es lo mejor que siento que tengo. Después, cuestiones técnicas estarán en otro escalón, pero lo más importante es la confianza.

-¿Qué sentís que aprendiste desde que saliste de Lamadrid hasta hoy?

-Futbolísticamente, muchas cosas. Muchísimas te diría, pero creo que una de las más importantes es que en los últimos años empecé a disfrutar de estar dentro de una cancha. Lo comencé en Colón y hoy disfruto de estar en Boca. Siempre hay muchas presiones, yo también las viví, pero ahora disfruto de cada cosa que me pasa. Trato de aprender de los malos momentos, pero también de aprovechar y de vivir intensamente cada instante bueno.

-No es fácil que un jugador diga que puede disfrutar...

-Es que tengo una familia detrás, que me ayudó mucho para llegar hasta acá y que me ayuda hoy a mantenerme sólido. Ellos me enseñaron que uno siempre tiene que mirar para atrás y saber de dónde vino. Uno tiene que recordar muy bien lo que pasó y lo que uno luchó para lograr cosas. Yo jugaba en Lamadrid, en la primera C, en donde quizá no había pelotas, en categorías del ascenso diferentes. Estaba en All Boys en épocas complicadas. Quizás en algún club no tenías ni ropa para cambiarte. Entonces, todas estas cosas te hacen valorar mucho lo que vas consiguiendo. Y ahora estar en Boca, es otro mundo, es lo máximo.

-Se nota que cuando hablás de lo que estás viviendo en Boca, aun cuando ya llevás seis meses en el club, todavía te conmueve.

-Es que es increíble todo. Que uno pueda compartir vestuario con gente que uno admira... Yo miraba por la tele a Riquelme y ahora puedo compartir una cancha con él. No sé cómo explicarlo. Que se acerque Battaglia a saludarte o Rojitas, del que en mi familia siempre se hablaba como de un ídolo, son cosas inexplicables. Hasta te diría que, el otro día, el clásico con las dos hinchadas fue algo hermoso. Y ojo que lo que vivimos en el Monumental, cuando ganamos, fue algo inigualable. Pero la emoción de estar en una cancha y mirar las tribunas con todo ese color? No sé cómo explicarlo bien. Son cosas que imaginás o soñás, pero cuando las vivís te emocionan.

-¿Boca es el mejor lugar desde el cual volver a Europa?

Yo miraba por la tele a Riquelme y ahora puedo compartir una cancha con él
-No lo pienso, estoy en el lugar en el que quiero estar. Haber llegado acá es lo que soñé. La alegría de ver a mi familia plena el día en que firmé con Boca no se paga con nada. No hay plata que lo pueda igualar. No digo que no sería bueno volver a Europa, y ojo que tengo 26 años, no es que tengo 20, pero la verdad es que estoy en el lugar en el que siempre quise estar.

-Si pudieses elegir algunos momentos de tu carrera que te marcaron, ¿cuáles serían?

-Haber llegado a Boca. Es todo lo que imaginaba. Muchos sueñan con la selección, pero yo te digo que estoy en el lugar en que siempre quise estar. Por eso digo, como ejemplo, que entre estar en Boca o la selección, elijo a Boca. Y eso que tuve la oportunidad de estar convocado con la selección para clásicos con Brasil? Pero me quedo con Boca.

-¿Qué imaginás para vos de ahora en adelante?

-Salir campeón con Boca. De verdad te lo digo. Sueño con eso...

Fuente de la informacion: canchallena.lanacion.com.ar

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