Los jugadores de Boca tuvieron una reunión a solas para afianzar el grupo

En cónclave no tardó demasiado. No hizo falta un repaso por video ni bajar tensiones. Fue ahí, con la sangre caliente, en el vestuario de la Bombonera, minutos después de perder el Superclásico y de abrir mil interro- gantes sobre su futuro. Pidieron intimidad los titulares, suplentes y también aquellos que acompañaron al equipo como Guillermo Sara. Allegados, familiares, dirigentes y empleados se trasladaron a la utilería. El cuerpo técnico también les dio intimidad. Y ahí, en una charla corta pero cruda, el plantel de Boca expuso el cuadro de situación. “Oídos sordos a lo que se va a decir ahora; somos punteros pero se nos terminó el margen de error y hay que salir campeones”, se repitieron los jugadores antes de marcharse de Brandsen 805 en fila india, en silencio y por una puerta lateral como hicieron el día de la eliminación ante Independiente del Valle. No había nada para decirles a los micrófonos y lo poco que sintieron que debían expresar en palabras lo hicieron entre ellos. Así terminó la jornada del domingo y hoy, antes del primer entrenamiento de la semana en Casa Amarilla, habrá una charla con el DT porque el Mellizo, antes de tomar una decisión futbolística quiere saber cómo está de ánimo cada uno de los integrantes de un grupo que, entre bajoneado y enojado, quiere revancha lo antes posible.

Guillermo Barros Schelotto sí expuso su mirada ante todos el domingo y también mandó un mensaje claro. “No hay excusas por perder el clásicos. Somos punteros, tenemos que mantener esa ventaja y ser campeones”, reiteró cada vez que se le consultó sobre lo que se avecina. No quiere lamentos el DT y jugar en la Bombonera, ante Newell´s, será la primera prueba de carácter que les pedirá a sus jugadores. Aquel o aquellos que no sientan que están al cien por ciento capacitados para hacerlo, lo dejará a un costado. Es que el domingo, pese a la derrota, ninguno de los futbolistas entendió que ellos todavía son los líderes de un torneo y que todo de acá y hasta el final sigue dependiendo de Boca, aunque ese tal vez sea el principal conflicto.

Guillermo sabe que tendrá que tocar sus piezas. Sin Centurión (hoy se hará estudios pero se asume que tiene un desgarro en el isquiotibial derecho) la primera variante será en el ataque. ¿Entra el juvenil Gonzalo Maroni o Junior Benítez? ¿Repetirá el ingreso de Bou? Suena improbable. La otra variante obligada será el ingreso de Wilmar Barrios a la mitad de la cancha por Bentancur . Y luego, la semana marcará lo más difícil. ¿Quién pagará por los groseros errores en el clásico? Hoy en la mente del Mellizo no está claro. Porque ve a Gino Peruzzi agobiado por su situación y entiende que Leonardo Jara está capacitado para reemplazarlo. Sin embargo, hace una semana pidió el 225 porque el lateral había llegado a la quinta amarilla frente a Estudiantes.

El otro apuntado, Santiago Vergini, tiene algo a favor: ninguno de sus potenciales reemplazos viene pidiendo un lugar. Es que Fernando Tobio está relegado y en junio se termina su préstamo. Perdió la titularidad y desde entonces jamás recuperó su nivel, ni siquiera en las prácticas. Las otras opciones son Lisandro Magallán (venía jugando en la Reserva pero una expulsión lo sacó por 4 fechas) o el chico Agustín Heredia, de 18 años pero no parece un momento como para experimentos.

El Mellizo también sabe que sería poco útil sacarle cuatro jugadores titulares de un partido a otro a un equipo que intenta moldear un modo de juego. Pero hay un factor clave: la Bombonera. Por momentos, el murmullo de los hinchas de Boca afectó a los protagonistas y el fin de semana, ya sin margen para dejar puntos en el camino, esto no puede repetirse. Otra caída derrumbará todo. Y Boca no se lo puede permitir.

Fuente del texto: Clarin